La Orden de Predicadores (del latín: ordo praedicatorum u O. P.), conocida también como los dominicos, fue fundada por Santo Domingo de Guzmán en el sur de Francia y confirmada por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216. El carisma de la orden es la Predicación del Evangelio en toda clase de formas que respondan a las necesidades de los tiempos y basada en una vida común de oración y estudio.